Fotografía: César Rubio Siguiendo la indicación de Walter Benjamin de abordar la mercancía en exhibición como una imagen dialéctica, en el presente texto busco recopilar posibles índices de lectura de la figura del maniquí en el escaparate, centrándome en dos autores: Beatriz Preciado y el propio Benjamin, para interrogar el carácter genérico y generizado del cuerpo humano que ofrece el maniquí, y su materialidad inorgánica en contraste con la piel y la carne, en relación con su uso en las tiendas de ropa para servir de soporte, exhibir y publicitar una mercancía, a partir de los conceptos de valor exhibitivo y valor cultual propuestos por Walter Benjamin. El cuerpo genérico del maniquí. El maniquí no es asexuado, pero carece de órganos reproductores. Podría considerarse como una tecnología más de la reproducción del paradigma heteronormativo en tanto presenta “cuerpos-hombre” y “cuerpos-mujer” 1 genéricos, como si la representación de un cuerpo humano fuer...
Advierto una ola y me sumerjo. Miro el aire empujando el agua, formando burbujas. La siento tocando toda mi piel, me sostengo en ella y mido mi fuerza en su densidad. Nunca estuve tan en contacto con mi cuerpo que es casi todo agua. El sol entra por el ojo cuando refracto sus rayos o soy yo misma quien irradia la luz. Seca me disperso con el viento, húmeda me adhiero a las cosas con el agua me ablando y la sostengo al abrirle un espacio formando una concavidad. Cuando me enrosco me acorazo y no por eso el agua deja de tocarme. Es mi manera opaca de mostrar mi blancura. Endurecida me alejo de mí y de los hombres que me aguardan en la siguiente ola.